Informe sobre el discurso de un torturador


imagesEn el día de ayer (30 de noviembre de 2009), el Curro Ramos, quien fuera integrante del Grupo de Tareas que actuaba en Santa Fe durante la dictadura, miembro del Dto. de Inteligencia de la Pcia, y una especie de «enemigo personal» mio (estuvo el día que me pusieron la bomba en el 75, en los dos secuestros: el de octubre del 76 y el del noviembre del 77 y en el simulacro de fusilamiento y otras torturas del 22 / 11 / 77) pidió ampliar su indagatoria y así lo hizo.

Hay que recordar que Ramos, como tantos otros, se recicló después de la dictadura en el Pejota de la Pcia. de Santa Fe, el partido que gobernó la Pcia. desde el 83 hasta que ganó Binner, participó en las internas del Pejota y tenía un cargo en la Municipalidad de Santa Fe casi hasta su primera detención en el 2001 (por unos días, ya que De la Rúa y la Alianza negaron la extradición pedida por Garzón) y en los últimos años se dedicó a escribir sobre el periodo de la dictadura y su papel en la lucha contra la subversión.  El ha confesado, orgulloso, que se infiltraba entre los estudiantes de la Fac. de Derecho de Santa Fe (en el 77 cuando me «interrogaba» demostraba conocer bastante de la Fede y decía que compraba libros y charlaba con los compas en la mesa que entonces teníamos en la facultad) pero pareciera que su nivel cultural no ha progresado mucho.

Digo, no estamos frente a un pensador de derecha como Grondona o Sebreli, ni siquiera ante un Duhalde o similares.  En principio, me animo a decir que Ramos representa de un modo bastante directo el sentido común de la derecha peronista, pro fascista, que apoyó la Triple A y la Dictadura y que hoy ve en el Gobierno a un grupo de Montoneros, y así de seguido.

Reconociendo que la de ayer no fue una jornada precisamente «académica» para mi y los demás compañeros sobrevivientes del Terrorismo de Estado en Santa Fe que presenciamos en silencio sus afirmaciones grotescas, ofensivas, humillantes y degradantes hacia todos nosotros, intentemos tomar un poco de distancia y analizar su discurso porque vale la pena.

Ramos construyó varios discursos, cada uno de ellos expresivos del sentido común de la derecha y de partes importantes de la población, y los expresó de un modo bastante coherente para una persona como él; el problema es que los dijo todos juntos y eso los anuló a todos.

Básicamente Ramos presentó las siguientes hipótesis (siento que soy generoso con su capacidad intelectual, pero prefiero exagerar a subestimar el enemigo ideológico dado que lo que en él es patético en boca de los comunicadores de T.N. suena un poco más creíble)
a.  existió terrorismo de estado y fue obra del Ejercito apoyado por los grandes grupos económicos, los medios de comunicación (nombró puntualmente a El Litoral de Santa Fe) y la propia Iglesia; pero, y eso es lo fundamental en esta parte, la POLICIA no tuvo nada que ver, y en todo caso actuaba como un instrumento del Ejercito.  Es más se presentó como un luchador policial contra la prepotencia militar e inventó que había formado un movimiento para clamar (bajo la dictadura!!) para que el mando policial provenga de la fuerza y no de los militares.

b. todo el juicio es una creación falsa de los querellantes y testigos que sólo buscan el resarcimiento económico tal como, según el, se habría probado en el Juicio de España.  Así que quince testigos lo reconozcan como autor material de las torturas sufridas, es para él prueba del «complot».  En este punto, como se muestra en la nota periodística adjunta, su teoría que nadie lo conocía y que una ex compañera de la escuela primaria, Anatilde Bugna, era la que había provisto la información a todos, puntualmente en el caso de mi secuestro, reconocido por él en la indagatoria ante la evidencia documental que consta en un expediente del 77 por una denuncia mía de torturas, cayó en contradicciones flagrantes que lo dejaron en ridiculo en su supuesto rol de «analista» que no iba a las seccionales y no tenía contacto con policía alguno.

c. el juicio es el producto de la acción de los Montoneros en el Gobierno.   Toda lo que él sufre como preso político responde a una vieja contienda al interior del Pejota entre los subversivos y la ortodoxia.  Allí se olvidó de todo lo que habia dicho antes y reivindicó lisa y llanamente la represión desde al perspectiva de la derecha peronista que avalaba el decreto de Lastiri e Isabel de «aniquilación» y así de seguido

Si bien, en el caso de ayer, su figura patética, su soberbia enfermiza (reflexionó que si las presas le decían «el lindo» era porque todos eramos jóvenes y lindos, como antes había dicho que siempre supo que las mujeres tenían fantasías sexuales con él y por eso las acusaciones de violación que hubo), sus contradicciones groseras y el hecho de presentar los tres discursos a la vez y mezclados, su discurso no tuvo efectos convincentes, quisiera llamar la atención a que de algún modo recoge algo que hay en la sociedad que siembran los grandes medios y los intelectuales más orgánicos y finos de la derecha, en este caso no desde el gorilismo crispado sino desde el componente de derecha que siempre tuvo el peronismo desde su propia fundación, y que hoy vuelve de la mano de De Narvaez, Macri y Felipe Sola, pero también de Carlos Reutemann y el miserable del Turco Obeid que curtía de amigo de la Revolución Cubana mientras tenía en su gobierno a los jefes de la represión, tal como se ha denunciado y probado en este juicio
Creo que es motivo de una buena investigación, rastrear las huellas de este discurso en los medios intelectuales y periodisticos, prometo que luego de la sentencia haré mi aporte

Diría dos cosas más.
Mas personales.

Una es el orgullo que la abogada de la Liga, la compañera Jessi, que el primer juicio oral que afronta, tuvo el coraje de enfrentarlo y demostrarle la contradicción de sus dichos a pesar del temor que tenía por el nivel de cinismo y agresividad del represor. Y con el orgullo, la convicción que estamos construyendo algo solido como Liga, que va más allá de Buenos Aires y de los «viejos» abogados y luchadores.

La segunda es que una vez más uno reflexiona sobre la primer pregunta que nos hacemos y que no es otra : qué hago yo aquí escuchando a este represor que con cinismo perverso afirma que no falta mucho para el indulto que lo libere? Que a uno le agarra la impotencia y tiene que esforzarse mucho para superar la mirada de la victima y pensar en términos de clase, de lucha de clases, de disputa por la subjetividad y entonces quedarse sentado sin hablar mirando como el tipo que casi me mata dos veces dijera, prácticamente, que lo volvería a hacer.  Si dicen que la tortura es indescriptible en su sentido más profundo y humano, confieso que la experiencia de ayer también lo es.
Estas líneas son el único modo que encuentro de encausar el odio y la impotencia que sufrimos ayer, y un intento de transformarlo en algo útil.

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