Lo que quedó en el tintero en la causa Brusa
Al fin, luego de casi seis años el Dr. Leandro Corti, a cargo del juzgado federal de Santa Fe, ha dado por concluida la etapa de instrucción y ha elevado al Tribunal Oral Federal «una parte» de la causa abierta en mayo 2002 (que era a su vez sólo una parte de los crímenes del terrorismo de Estado perpetrados en la ciudad de Santa Fe durante los «años del lobo»). Lo celebramos. Con todas sus limitaciones es un triunfo de la consecuencia de los sobrevivientes, los organismos de derechos humanos y las fuerzas sociales y políticas que hemos peleado por más de treinta años contra la impunidad.
Conviene detallar un poco los crímenes que no se elevan a Juicio Oral a pesar de haber sido denunciados en el transcurso de la etapa de instrucción, que ahora se da por concluida: a) la desaparición forzada de Alicia López Rodriguez de Garraham, ocurrida en noviembre de 1976 de la sede de la Cuarta, seccional a cargo entonces del Comisario Facino y ejecutada por el ya fallecido militar Nicolás Correa, sobre el caso testimoniaron Graciela Rosello, Carlos Almada y yo mismo; b) la responsabilidad del entonces Jefe del Area Militar, el Coronel Rolón, indispensable para tirar de la cadena de mandos militares e impedir que sólo sean juzgados los que manejaban la picana y apretaban el gatillo y c) la asociación ilícita entre los criminales, escalón conceptual que nos permitiría acercarnos a la verdad de lo que ocurrió: un genocidio, planificado por un conglomerado de militares, políticos y empresarios alentados y conducidos por el Imperialismo norteamericano, tal como se ha probado en la causa «Operación Cóndor».
Tantos años de lucha por la justicia nos han enseñado que la impunidad es una trama poderosa que sólo puede ser derrotada por la movilización social. De su lado están quienes se beneficiaron con las políticas neoliberales impuestas por la dictadura que transformaron la región y hoy lucran con la exportación de soja y alimentos, y por ello es dable esperar nuevas demoras dado que de los tres integrantes del TOF (Tribunal Oral Federal) santafesino dos de ellos, José María Escobar Cello y María Ivón Vella, tienen compromisos con Brusa y es posible que se excusen o sean recusados por su parcialidad manifiesta a favor de los genocidas y todo el circo puede volver a empezar dado que no será fácil encontrar reemplazantes en el fuero santafesino tan teñido del pasado dictatorial y el continuismo del Pejota santafesino que supo tener como escuderos al Obispo Storni, desplazado por violador de menores y al Juez Brusa, procesado por torturador.
Así pues, que la realización del juicio y la obtención de la justa condena, dependerá de la movilización popular, la presión de los organismos de derechos humanos y las fuerzas verdaderamente democráticas. Será ésta una oportunidad para que Binner demuestre si de verás quiere diferenciarse de sus antecesores en el cargo, quines tuvieron a connotados represores como funcionarios del area seguridad.
A todos ellos quisiera recordarles el final de la denuncia que escribí contra Brusa en agosto de 1992, cuando él se preparaba para asumir como Juez Federal y la impunidad era tan sólida como un muro de piedra: «la memoria es más larga que la traición» y ahora agrego, y es capaz de tirar abajo todos los muros.