Durante el periodo de ejecución del Terrorismo de Estado iniciado por la Triple A y desplegado hasta el paroxismo por la Dictadura iniciada el 24 de marzo de 1976, la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) ubicada en la zona norte de la ciudad de Buenos Aires, sobre la paqueta Avenida del Libertador, funcionó como un Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio en el que se calcula que estuvieron secuestradas alrededor de cinco mil compañeros[1], la inmensa mayoría de ellos continúan desaparecidos. Aunque las instalaciones fueron utilizadas fundamentalmente por el Grupo de Tareas (GT) 3.3.2, éste puso las mismas a disposición de otros grupos represivos con los que mantenía contacto regular: comandos de la Aeronáutica, la Prefectura Nacional Marítima, el Servicio de Inteligencia Naval y otros grupos policiales y militares que llevaban también allí a las personas secuestradas.
Todo el predio estuvo involucrado en la acción represiva, ilegal y clandestina realizada por la Armada como parte del Terrorismo de Estado, pero las funciones principales de la ESMA se centralizaron en el Casino de Oficiales. También se llevó, alternativamente, prisioneros a algunos otros edificios como la Enfermería, la Imprenta, el Taller Mecánica y el Pabellón Coy.
El Casino fue el lugar más importante de concentración y tortura de los detenidos desaparecidos, al mismo tiempo que funcionó como dormitorio de los oficiales y como espacio de oficinas de inteligencia y de los rangos superiores de la Armada. Allí funcionó una Maternidad clandestina en la que fueron recluidas y dieron a luz tanto las prisioneras secuestradas por el GT 3.3.2 así como las que provenían de otros CCDTyE, todas eran asistidas por médicos y enfermeras destinados a la ESMA y en caso de complicaciones eran llevadas al Hospital Naval. Poco después del parto, los bebés eran apropiados por Marinos u otros represores y sus madres sufrían el mismo destino que la mayoría de los cautivos: “traslados” en los “vuelos de la muerte” que se llevaban a cabo de manera regular.
Ante los planes menemistas de lotear el predio, en una forma extrema de privatización de la memoria del horror y construir un monumento a la “reconciliación nacional” en el espacio resultante de la demolición de la ESMA, el movimiento de derechos humanos y popular realizó una gran agitación y movilización que logró quebrar la decisión oficial logrando aprobar por unanimidad en la Legislatura porteña la Ley 392 en junio de 2000 que dispuso revocar la cesión del predio a la Armada y destinarlo, previo desalojo de los marinos, a un “museo de la memoria”. A tal efecto, y para “el resguardo y transmisión de la memoria e historia de los hechos ocurridos durante el Terrorismo de Estado, en los años 70 e inicios de los 80 hasta la recuperación del Estado de Derecho, así como los antecedentes, etapas posteriores y consecuencias” se creó el Instituto Espacio para la Memoria con un directorio compuesto por organismos de derechos humanos y representantes del estado nacional y de la ciudad de Buenos Aires, tal como dicta la Ley 961 de la misma Legislatura.
Pero el desalojo de la ESMA se demoró largamente, sólo se efectivizó recientemente, el 30 de setiembre de 2007 a pesar de que el 24 de marzo de 2004 el Presidente Kirchner había ordenado su desalojo en uno de los momentos más impactantes de la nueva gestión presidencial y acaso uno de los principales gestos de construcción de una nueva imagen para Kirchner que buscaba instalar una nueva hegemonía al interior del Partido Justicialista, del bloque de Poder y de la sociedad argentina toda.
Finalmente, luego de largas discusiones y negociaciones entre el Estado nacional y los organismos de derechos humanos agrupados en el Instituto Espacio para la Memoria (IEM), del cual la Liga Argentina por los Derechos del Hombre forma parte desde el primer momento, se constituyó un Ente Interjuridiccional conformado por un Directorio integrado por la mayoría de los organismos de derechos humanos[2] y un Organo Ejecutivo tripartito en que la ciudad de Buenos Aires está representado por el propio IEM, el Estado nacional por el Archivo de la Memoria y habrá un representante del Directorio que deberá ser elegido por los organismos participantes en el mismo. El directorio se conformó el miércoles 30 de enero de 2007[3] y por decisión de su dirección nacional, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre ocupó el lugar que le fue asignado y que entendemos, le corresponde de pleno derecho por su historia y presente.
Tal decisión ha sido tomada de modo reflexiva, procuramos evitar las miradas ingenuas y las actitudes irresponsables, somos parte activa de los debates que recorren al movimiento de derechos humanis sobre la actitud a adoptar frente a las políticas de derechos humanos del kirchnerismo y ante cada una de las nuevas instancias que se han abierto o reabierto: los juicios, el accionar de las Secretarías de Derechos Humanos, los espacios de memoria, etc. y quisiera aportar a la reflexión en curso, sin ánimos de “exhibir” una verdad inconstratable, pero absolutamente convencido de la conveniencia de la decisión tomada
Lo peculiar del momento: una batalla en dos frentes.Contra los defensores de la impunidad y Contra quienes reivindican a las víctimas del Terrorismo de Estado para estabilizar el capitalismo real
Conviene enmarcar la discusión sobre la constitución del Ente Esma en la particular situación creada en estos años con la asunción del gobierno nacional por una corriente política, el kirchnerismo, que decidió hacer del espacio de los derechos humanos uno de los principales territorios donde fundar su hegemonía política luego de la gran crisis de gobernabilidad de 2001.
En trabajos anteriores[4] hemos reflexionado largamente sobre la decisión del Kirchnerismo de polemizar con la derecha fascista, el menemismo y el radicalismo (responsables principales del genocidio y la impunidad histórica) como modo de construir su propio espacio político destinado a estabilizar la dominación capitalista y hacer viable la Argentina realmente surgida de los treinta años de terrorismo de Estado, democracias restringidas y neoliberalismo fundamentalista, y como –de un modo contradictorio- dicha acción golpea a los defensores extremos del genocidio y aún a los responsables de la teoría de los dos demonios que enarbolaba Ernesto Sábato y el “posibilismo” alfonsinista de los ochenta pero también a la izquierda y los luchadores más consecuentes por la memoria y los derechos humanos que se ven desplazados del lugar que ocuparon durante el menemismo y aún durante el gobierno de la Alianza, que debutó con la represión del puente de Corrientes y se despidió con la masacre de diciembre de 2001 (aún impunes, por otra parte).
Al pensar la política de derechos humanos del kirchnerismo como parte de una construcción de hegemonía política y cultural nos interesa resaltar dos cuestiones que se convierten en límites y ordenadores de nuestro pensamiento y nuestra conducta: a) el gobierno de los Kirchner no es un gobierno de los derechos humanos, no garantiza su vigencia en ninguno de los planos en que se los puede pensar: el económico social y el de las libertades individuales y cuanto más sobre actúa en los gestos de homenaje a las víctimas del Terrorismo de Estado de los ´70 más genera una dicotomía entre el discurso y la vida, que el Juez Federal Rosanzky, haciendo referencia a la firma de todos los pacto internacionales de respeto a los derechos humanos, decía que si la Argentina desde el punto de vista formal era un paradigma para América Latina, desde el punto de vista real era una muestra indiscutible de la violación de los mismos textos señalados.
Para ser concisos, digamos que la desaparición de Julio López (y ahora el asesinato de Febres, casi una acción simétrica e inversa) pulverizan el Nunca Más proclamado por Alfonsín en 1984 y que la denuncia de la Unicef de estos días: la muerte por causas evitables de 25 bebes por día[5], unos 9000 al año de los cuales la Unicef dice que 4.000 salvarían la vida con simples medidas, confirman que la lógica de la máxima ganancia para los grupos económicos trasnacionales que son hoy dueños de la Argentina, generan un verdadero genocidio social que impulsa un reclamo social y diversas formas de resistencia que siguen siendo anatematizadas (es significativo que en el debate entre Fernández y el macrismo sobre los intentos del gobierno de la ciudad de Buenos Aires de castigar más la movilización callejera ,ninguno discuta sobre los modos de eliminar las causas de la protesta sino sobre la eficacia de una u otra estrategia, disuasiva la kirchnerista, brutalmente represora la macrista), judicializados y represaliados como la muerte del maestro Fuentealba nos lo recuerda dolorosamente
Pero así como afirmamos lo precedente, queremos decir que la política de derechos humanos del gobierno Kirchner, así sea en el plano discursivo, constituye una ruptura significativa con el gobierno de Menem y el de De la Rúa, dando un aporte a la lucha cultural contra los reivindicadores del Terrorismo de Estado, los descalificadores de la generación victimizada por el Terrorismo de Estado y de los luchadores por los derechos humanos y aún contra los banalizadores del genocidio.
Convendría volver sobre la frase “así sea en el plano discursivo” que convendría reemplazar por otra que diga algo así como “nada menos que en el plano discursivo”, o sea en el plano de la subjetividad social no es para subvalorar el hecho que el Gobierno nacional legitime el discurso de la izquierda y los luchadores por los derechos humanos (y una vez más, cierto que para apropiarse políticamente de esa lucha histórica de la que no formó parte) de que sí hubo represión estatal y para estatal que constituyeron un verdadero genocidio, que las víctimas del Terrorismo de Estado era gente noble, comprometida con valores éticos y defensora de una causa justa que merece respeto (aunque deba ser “aggiornada” o como dijo Cristina ”si uno mira para atrás, el gran déficit de nuestra generación en los años ´70 fue como hacer un capitalismo en la Argentina. La sociedad no quería una sociedad socialista sino un capitalimo a la Argentina, que en nuestro país tuvo el nombre de peronismo”)[6].
El desalojo de los marinos de la Esma, la firma del acta entre el gobierno nacional y el de Telerman a pocos días de terminar su mandato, la constitución del Ente Interjurisdiccional y Público[7] y sobre todo los proyectos habilitados a la Asociación Madres de Plaza de Mayo, el traslado del Archivo de la Memoria y buena parte de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, los institutos de educación en derechos humanos bajo el patrocinio de la Unesco y otros, deben pensarse desde esta doble perspectiva que proponemos: son al mismo tiempo, operaciones en procura de construir hegemonía cultural para un proyecto político y también acciones de ruptura con los defensores del olvido y la impunidad, son si quiere, concesiones que pueden ser pensadas como conquistas del movimiento de derechos humanos y popular en general que ha peleado desde el mismo momento de perpetración del genocidio por defender la memoria de los compañeros victimizados.
La constitución del Ente interjurisdiccional y público de la Esma
Si algo no estaba en los planes estratégicos del kirchnerismo, era perder el gobierno de la ciudad de Buenos Aires y menos a manos del macrismo. La derrota electoral, sacó al tema Esma del largo letargo que había demorado el desalojo y esterilizado el debate que una y otra vez desde el Instituto Espacio para la Memoria se había intentado establecer sobre la forma jurídica que debería tener la constitución del Ente.
El desalojo total de la Esma, automáticamente hacía caer la cesión del terreno a la Marina por lo que debería volver a la Ciudad, es decir a Macri, si no se gestaba rápidamente algún recurso jurídico estatal. La solución que encontró el gobierno fue crear un Ente Inter Estatal por medio de un Acta firmado por los dos gobiernos, el de Kirchner y el de Telerman, que otorgara la representación de la Ciudad al Instituto Espacio para la Memoria –como modo de sacar al macrismo del medio- lo que llevaba a que la representación del estado nacional esté en un organismo de apariencia similar, el Archivo Nacional de la Memoria dependiente de la Secretaría de DD.HH. de la Nación (solo apariencia, el IEM es un ente autárquico y autónomo y el Archivo un organismo estatal). Pero en las primeras versiones del Acta, del cual se hicieron al menos tres, el órgano ejecutivo era solo de dos miembros y no se contemplaba la creación del Directorio con los organismos de derechos humanos. Si bien el Acta iba a ser firmado por Kirchner y Telerman, las funciones preeminentes que se pretendían para el IEM hacían necesaria alguna forma de acuerdo de los organismos de derechos humanos del IEM para el texto.
Fue en el ámbito del directorio del IEM donde se dieron los debates más fuertes sobre el destino de la ESMA, sobre la cuestión de la autonomía, sobre el sentido profundo de la memoria del terrorismo de Estado y muchos otros temas. En medio de esos debates, se aprobó una declaración de repudio a la sanción de la Ley antiterrorista que desencadenó una pequeña tormenta política que derivó en la renuncia al directorio del IEM de la representante del CELS y de la historiadora Hilda Sabato[8]. El IEM logró consensuar una propuesta que se basaba en el criterio de autonomía para el Ente Esma y de respeto a la integralidad del espacio físico de la Esma para cualquier proyecto de memoria. La falta de acuerdo con la propuesta oficial impidió que la candidata kirhcnerista pudiera hacer su gran acto de clausura de la campaña electoral en la ESMA como estaba planificado.
Fue en medio de ese proceso, en un gesto verdaderamente lamentable, que el gobierno nacional comenzó a repartir edificios de la ESMA como modo de presionar el acuerdo frustrado (cierto que ninguno de los edificios de los que componían el sistema de un modo central, todos los cuales fueron adjudicados al IEM) primero a la Asociación Madres Plaza de Mayo y luego a Abuelas y Madres Línea Fundadora. También adjudicaron, contrariando la misma letra del acta que proponían firmar (y que establecía como función primera del Ente Esma adjudicar los edificios del territorio Esma) edificios para el Archivo de la Memoria, la Unesco y ofrecieron otros a Hijos y Familiares. Ante esta situación, el compañero Víctor Basterra, sobreviviente de la ESMA y famoso por haber tomado y sacado las fotos de los compañeros y los represores que producía en su trabajo esclavo, emitió una declaración publica calificando como “descuartizamiento de una res” el reparto de edificios. En un gesto que desnuda las contradicciones internas de los organismos y el nivel de autonomía del directorio del IEM, éste hizo suya la declaración a pesar de que algunos de sus miembros representaban organismos que habían aceptado la “oferta”.
Sin embargo, no es poco lo que se logró: el desalojo completo de los marinos, la afectación de todo el predio al proyecto de memoria, la constitución de un directorio integrado por organismos de derechos humanos que tendrá un representante propio en un ejecutivo de tres donde el representante del estado nacional -en principio- estaría en minoría frente al representante del IEM que se asume como representante del directorio del IEM y el representante del directorio de la Esma (ambos directorios con presencia de organismos de derechos humanos, incluida la Liga Argentina por los Derechos del Hombre) lo que avizora la posibilidad de dar los debates fundamentales.
Para los comunistas, la constitución de espacios de protagonismo del movimiento popular en los entes encargados de la gestión pública es uno de los principios fundamentales de nuestro programa de revolución democrática y antimperialista, no es una cuestión menor que no sea el Estado de modo exclusivo quien administre los hospitales, los colegios secundarios o las empresas de servicios publicos en caso de que lograramos hacer caer las funestas concesiones a los grupos. Es una cuestión de principios y vale de igual modo en la gestión de los centros dedicados a la memoria del terrorismo de Estado.
Esta visión no es compartida por todos y respetamos otras opiniones, pero se trata de comprender que aún en la determinación de cuales son los debates fundamentales, es una cuestión de proyecto político. Por nuestro lado no compartimos que el problema principal sea que uno u otro edificio sea gestionado por uno u otro organismo de derecho humano. Lo que está en cuestión es al servcio de qué políticas estarán esos y todos los edificios del espacio ESMA. ¿Cuál es la verdadera disputa sobre la ESMA? ¿La tenencia de uno u otro edificio, el que haya o no haya institutos de educación o cultura? Creo que hay un peligro más grave y que que la batalla principal es contra el proyecto de la Fundación Ford/Imperialismo Yanqui y sus socios locales, léase Cels y sus amigos.
¿Cuáles son los planes y estrategias para la ESMA de nuestros enemigos (los defensores del genocidio y del Imperialismo que lo inspiró y sostuvo y resignifica hoy mismo en Colombia, Irak y Palestina) y cuales los de nuestros competidores en el sentido de la memoria?
E ahí una buena pregunta para discutir con los compañeros de los organismos de derechos humanos y de izquierda. Hace unos meses, las compañeras Stella Calloni y Alcira Argumedo ensayaron una respuesta a este interrogante denunciando los planes y acciones de las agencias de inteligencia, las Fundaciones y las O.N:G: propias de los yanquis que vienen desplegando un enfoque de memoria contra la violencia, equiparando el fascismo con el stalinismo y todo ese discurso. En Santiago de Chile, y con presencia argentina, se realizó un seminario desde esta perspectiva donde alguno de los interrogantes eran tales ¿cómo conciliar la necesaria memoria de las “víctimas” (cómo si éstas fueran individuales y no la sociedad toda) con el imprescindible proceso de reconciliación nacional entre victimarios y víctimas?
Esta corriente de opinión se expresa entre nosotros sobre todo a través de la dirección del CELS que ha construido todo un discurso integral sobre el tema que se puede seguir domingo a domingo leyendo la columna de Horacio Verbitsky. Si hay que enjuiciar que sea para que se identifique a los culpables y se legitime a los miembros de las FF.AA. inocentes, etc. etc. Este sector presiona sobre el gobierno nacional a través del eje Timerman/Seman que fue el que abrió las puertas de las universidades yankees y la comunidad judía norteamericana para la candidata Cristina. Seguramente tratarán de desplazar al grupo Duhalde de la Secretaría de Derechos Humanos y reemplazarlo..
¿Y cuáles serán, probablemente, los debates principales con el kirchnerismo? Sencillamente la relación entre el pasado y presente, entre el Terrorismo de Estado y el secuestro de López, el asesinato de Febres y los veinticinco bebés que fallecen diariamente. Que la ESMA no sea un monumento que sólo mira al pasado, sino un espacio de denuncia del presente.y de aporte a una nueva cultura nacional, latinoamericanista, democrática y antimperialista.
Para todos esos debates nos disponemos al aceptar el desafío de integrarnos a los órganos deliberativos del Iem y de la Esma, confiados en nuestro discurso y en las reservas antimperialistas y antifascistas de una parte del espacio que allí se agrupa. La vida y nuestra conducta, serán, como siempre, los fiscales más severos de nuestra decisión.