El 22 de diciembre de 2009, en un día lluvioso, el Tribunal Oral Federal dictó la sentencia que esperabamos desde aquel día de marzo del 2000 en que logramos destituir a Brusa como Juez Federal.
Aquella vez escribí una larga lista de agradecimientos a quienes nos sostuvieron en la lucha y fueron parte de esa gesta colectiva de romper la «impunidad santafesina» en su nucleo duro. Algunos se empecinan en recordar nuestras derrotas y dolores, yo prefiero hacer memoria de nuestras victorias.
Víctor Brusa, Eduardo Ramos y María Eva Aebi, siguen presos. Mario Facino, que luego fuera condenado por el asesinato de Alicia López, falleció en prisión domiciliaria igual que Héctor Colombini.
Este año, Alicia López se hizo Escuela y nosotros estuvimos allí para renovar nuestro compromiso inclaudicable con la verdad, la memoria y la justicia.
Agradecimientos
Se sabe que al ser interrogado sobre el autor intelectual del asalto al Cuartel Moncada (el 26 de julio de 1953), en la farsa de juicio oral montada en su contra, el Comandante Fidel Castro, respondió que era el mismo José Martí, padre de la nación cubana.
La respuesta, que formaba parte del alegato “La Historia me absolverá” constituía una de las definiciones programáticas que el Movimiento 26 de Julio primero y el Partido Comunista de Cuba, fruto de la unificación de todas las fuerzas revolucionarias, sostendrían como el paradigma articulador de su concepción de la nación cubana.
Y también encierra una enseñanza metodológica permanente: no se puede comprender la lucha de los pueblos si no se la piensa desde una larga perspectiva histórica, como procesos sociales y por definición colectivos, plurales y hasta contradictorios.
En la lucha de clases, y el juicio contra Brusa y Cía. es la más evidente confirmación de que la lucha de clases está en el mismo centro de los procesos sociales, nadie puede adjudicarse la autoría individual o grupal de un acontecimiento.
Dicho esto, y reafirmando que la condena a Brusa y Cía, primera condena al terrorismo de Estado en la provincia de Santa Fe, primera condena a alguien que llegó a ser Juez Federal de la Nación y primera condena a una mujer represora, todo lo cual constituye un duro golpe a la impunidad santafesina (y estoy pensando en los que transformaron la pampa gringa en una mega empresa sojera bajo el dominio de la trasnacional Mosanto o los que inundaron Santa Fe en el 2002 o los que mataron a Graciela Acosta y Pocho Lepratti o en el Obispo violador Storni o en la protección de los Gobernadores Reutemann y Obeid del grupo de represores ayer condenados, etc. etc.) es el resultado de una larga lucha plural, colectiva y donde ha habido debates y puntos de vista no siempre coincidente, quisiera hacer ahora el agradecimiento hacia quienes posibilitaron mi aporte personal, el del organismo de derechos humanos al que pertenezco y del partido político en el que milito.
Así pues que agradezco
- a Graciela Rosello, con quien compartí las persecusiones y resistencias bajo la dictadura y que supo educar a nuestros hijos en los valores que distinguen a los que no “pasan por la vida” sino que la honran con su dignidad y aporte a la lucha colectiva.
- a Carlos Peresuni, y en el simbolizo a toda la fede santafesina, que en marzo del 76 me protegió y cobijó hasta que me detuvieran en octubre del 76 para seguir siendo solidarios durante mi primera detención y mi segundo secuestro
- a Mateo Rosello, que encabezaba entonces el Partido Comunista y no dejó puerta sin tocar ni fuerzas a que apelar en procura de mi libertad o de mi vida
- a mi tía Rebeca y mis primos que me alojaron una y otra vez en su vivienda, a pesar de que era público que era perseguido por los grupos de tareas
- a mi madre Flora y mis hermanos Pablo y Cacho que sufrieron las consecuencias de la bomba de diciembre del 75, el allanamiento del 24 de marzo y los hechos posteriores que fueron objeto procesal en esta causa
- a Pura Rosello, la madre de Graciela y la familia de Hernan Gurvich, que hicieron todo lo que había que hacer por nuestra libertad
- a Raúl Gómez que avisó a mi familia de mi primer secuestro en la Cuarta en octubre del 76 a pesar de revistar entonces en la fuerza policial.
- al Dr. Marcelo Rousic Tournon, que como testimonió en el juicio, presentó dos veces recurso de habeas corpus por mi persona y me asesoró para la denuncia por apremios ilegales en diciembre del 77, acción judicial que insólitamente ahora es motivo de justificación para exculpar al Curro Ramos de mi segundo secuestro
- a la Familia Nadalutti que organizó y realizó la mudanza clandestina en enero del 78 de Santa Fe a Rosario
- a Fidel Toniolli y Daniel Zapp, dirigentes comunistas rosarinos que mantuvieron funcionando la Liga Argentina por los Derechos del Hombre y la Comisión de Familiares de detenidos desaparecidos de Rosario que funcionaba en la calle Ricardone 53 y que me enseñaron el abc de la lucha por los derechos humanos en 1978 cuando me incorporé a la actividad cotidiana de la Liga en ese local
- a Raúl Jauzat, entonces militante de la Fede rosarina que llevaba a mi mamá en su auto a la Cárcel de Coronda y que cuando ella le decía que se quedara lejos, llegaba con ella hasta la puerta
- a los compañeros Norberto Olivares, Rubén Naranjo (q.e.p.d.) y Carlos de la Torre que me bancaron en la primer conferencia de prensa contra Brusa en Rosario en agosto de 1992, intentando impedir su nombramiento como Juez Federal a iniciativa de Reutemann, Rubeo y Gurdulich de Correa (gobernador y senadores nacionales peronistas de la provincia)
- a los compañeros Luís Canalis y Bachi que fueron los primeros militante de esta denuncia en Santa Fe
- a los compañeros de la Central Intersindical Galega que me alentaron en 1998 a presentar denuncia ante el Consulado de España en Rosario primero y la Audiencia Nacional Número Cinco de Madrid luego
- al compañero Patricio Echegaray, secretario del Partido Comunista, que decidió respaldar y financiar el viaje a España y creó las condiciones para que pudiera llevar el caso Brusa a España, Portugal y Francia
- a la compañera Adriana Calvo de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos y Graciela Rosenblum de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre que me sostuvieron en la denuncia contra Brusa ante el Consejo de la Magistratura que terminaría en el Jury de destitución que lo volteó en el 2000
- al compañero Carlos Zamorano que estudió el tratado de extradición con España y encontró la forma de exigir su juzgamiento en la Argentina en setiembre de 2001
- al compañero Rodolfo Yanzón que me acompañó a entrevistar al Procurador General de la Nación, Carlos Becerra y aportó a convencerlo que ordena iniciar la causa
- al compañero Norberto Olivares que diseñó el recurso de amicus curiae y la presentación ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por la misma razón y fuera hasta el 2002 mi asesor legal
- al compañero Rubén Contín que sostuvo la querella en la causa Brusa desde el 2002 hasta su elevación a juicio oral en 2008
- al diario Rosario12 que por 17 años difundió mis denuncias y opiniones, sin ningún tipo de censura o discriminación, especialmente a los periodistas Pablo Feldman y Horacio Vargas
- al Canal 7 de Buenos Aires, especialmente a la periodista Paloma García de la Gerencia de Noticias que siempre está presta a difundir “las otras noticias”, las que no aparecen en TN ni Radio 10
- al compañero Jorge Grela y la organización Arex Andalucía que en todos estos años difundieron la causa en Europa y procuró solidaridad material para nuestra lucha por parte de la Diputación de Granada y el Fondo Andaluz de Solidaridad Internacional
- a las compañeras de Madres, del Medh y Familiares de Santa Fe que fueron siempre animadores incansables de esta lucha, a la Queca, a Milagros y a Marcelo.
- a la Fede santafecina que desde 1992 tomó esta lucha como propia, a Martín, Cristián, Mati y los nuevos, esos que hicieron el aguante cada día del juico y el día de la sentencia
- a la Liga de Santa Fe que creció en estos años sosteniendo la causa: a Eugenia, Laura, Vero, Cecilia y Pupila
- a la secretaria del Pece de Santa Fe, Graciela estuvo cada día y cada hora de este juicio con su sonrisa y voluntad inquebrantable
- a la compañera Sonia de Amasafe Pcia que hizo un esfuerzo fenomenal para crear las condiciones para que el equipo de la Liga pueda trabajar, y a todos los que fueron solidarios con nosotros: los compañeros de Amasafe Rosario, de la Conadu de Rosario, de la secretaria de DDHH de la Cta, de la secretaría general de la CTA, de la Federación de Judiciales de la Argentina y muchos más que aportaron a sostener esta causa
- a Fabiana Rouseaux que me ayudó, más de una vez a salir de mis laberintos y poder construir el testimonio que luego fue alegato.
- a Ana María Careaga que hizo todo lo posible desde el Instituto Espacio para la Memoria de la ciudad de Buenos Aires para apoyar este juicio, como hace con todos los juicios
- a Agustín de Hijos y Nora Cortiña de Madres que me acompañaron cuando testimonié
- a Graciela Rosello, Hernán Gurvich, Julio Gambina, Marcelo Rousic Tournon, Oscar Vasquez, Lito Sorbellini, Roque Quaini, Raúl Gómez, Carlos Peresuni, Chicle Córdoba, Alcides Schneider, Rubén Moulin y Ruben Pinto que dieron testimonio en el juicio aportando a reconstruir la verdad y confirmando mi testimonio de un modo contundente
- a mis compañeros de la Liga nacional que durante cuatro meses me apoyaron y reemplazaron en todas las tareas que no pude cumplir por estar en el juicio
- a mis camaradas de la dirección nacional del Partido Comunista que se comprometieron con este juicio, y con todos los juicios contra el Terrorismo de Estado, como ningún partido político argentino lo hace, reclamando y consiguiendo el rol de querellante para esta fuerza política
- y al invalorable esfuerzo de las compañeras abogadas Daniela, Leticia y Jessica que desde Rosario sostuvieron la causa Brusa sin abandonar la causa Quinta de Funes
- a mis hijos Mariana, Javier y Ernesto que comprendieron la importancia de esta causa para mi y disimularon las ausencias
- a las mujeres que compartieron momentos de su vida conmigo en estos años, y fueron razón de lucha por la verdad y la justicia
- y a la Mechi y el Ciego que estuvieron conmigo siempre, y lo estarán para siempre