José Peter, el honor y la dignidad de los obreros de la carne


Nacido con el siglo en el interior profundo de Entre Ríos, crecido y criado como un trabajador rural, el joven José Peter que un día de 1923 abordaba el tren en la estación Lazo con rumbo a Zarate, estaba -sin saberlo- recorriendo con su vida el complejo camino por el que hubo que transitar el gauchaje, aquellos peones de estancia, de los arreos, las graserías y los saladeros poseedores de un saber artesanal, habituados a labores manuales e individual que llegaron, mediante sucesivas especializaciones, a operar los modernos frigoríficos imperialistas de la época.

Ricardo Ortiz sostiene que el proletariado de los frigoríficos es el único que surge como transformación directa del antiguo artesano.  Es, sin discusión, el componente más autóctono de la clase obrera argentina, y José Peter llegó a ser el más prestigioso y popular de sus lideres.  El Coronel Domingo Mercante así lo reconoce: “Una simple revista de las adhesiones de los obreros de aquella época basta para demostrar que los dirigentes con mayor prestigio en el mundo sindical de 1943 eran el comunista José Peter de los trabajadores de la carne y Angel Borlenghi, el emir socialista de los empleados de comercio[1]

José Peter empezó a trabajar en la cámara frío de uno de los más grandes frigoríficos de la época, el Anglo de Zarate, en el año 1923.  Pasaría luego a la sección Playa de Lanares y sería en 1927 que debutaría en la lucha social y política.

Conmovidos por el juicio a los anarquistas Sacco y Vanzetti (ejecutados en EE.UU. el 23/8/27) un grupo de trabajadores del Frigorífico se aproximan al Sindicato de Oficios Varios de Zarate para contribuir al éxito de la convocatoria al Paro Nacional del 10 de agosto contra el crimen en preparación.

Al frente del sindicato había un hombre con una historia muy parecida a la de Peter, con el que se entienden muy bien y preparan meticulosamente el éxito del paro de los 4.000 trabajadores.  Piquetes, detección de carneros y delatores, agitación. Coraje y disciplina serían el secreto de esa primera victoria.

Durante los próximos cinco años, José Peter y Geronimo Arnedo Alvarez (quién llegaría a ser secretario general del Partido Comunista por décadas) recorrerían frigorífico por frigorífico, rancho por rancho, conventillo por conventillo hasta poner en pie la mítica Federación Obrera de la Industria de la Carne.

Luego del éxito del paro del 10 de agosto, el grupo de Peter revive una biblioteca popular, “Brazo y cerebro”, y un club de barrio, “Alba Roja”, donde se contactan con centenares de hombres y mujeres a los que van incorporando al nuevo mundo de la lucha de clases y la política.

Por esos años se produce la transformación de los viejos frigoríficos en verdaderas fábricas de carne.  El Swift adopta el método taylorista de producción en serie y crea el “Standard”: ritmos infernales y automatización para faenar más y más animales.  El primero en ponerlo en práctica es el Swift de Berizzo y allí va Peter a trabajar a finales del ‘27.  En el ‘29 lo sigue Arnedo Alvarez y ya en el ‘30 fundan la FOIC con base en Avellaneda, Berizzo y Zarate pero el golpe de setiembre del ‘30 los llevará a ambos a la cárcel de Ushuaia y obligará a la clandestinidad a los grupos de base de la FOIC.

Ese mismo año se logra que los trabajadores del River Plate de Zarate (ex Anglo) paren y tomen la planta en reclamo del pago de 4 quincenas atrasadas.  En plena dictadura se obtiene la primera victoria.

Los grupos de la FOIC se animan y en mayo de 1932, una asamblea de 200 delegados de frigoríficos y secciones, reunidos en la más absoluta clandestinidad, aprueban un Pliego de condiciones (basta de standard, igual salario para las mujeres y jóvenes, aumento salarial, etc.) que se decide entregar a las autoridades de la Anglo de Avellaneda a las 8.00 hs. del día 20 de mayo con pedido de respuesta en….. ¡cinco minutos!.

A las 8.15 los 4000 obreros interrumpen su trabajo y realizan la primera asamblea pública en el patio de la fábrica violando y superando el estado de sitio, la ley marcial y la ley  de residencias 4144.

No les fue fácil a las comisiones respectivas llegar hasta la gerencia para hacer entrega del pliego y a la sala de maquinas donde tenían por cometido hacer sonar el pito como señal de la huelga.  La primera pudo entregar el pliego abriéndose paso corajudamente con chairas y cuchillos por entre quienes pretendieron obstaculizárselo.  La segunda no pudo cumplir su misión por haber cortado los serenos las soga de la sala de máquina y obstruido la corriente de vapor que accionaba el pito.  Pero este último inconveniente fue subsanado a grito y pulmón: un estruendoso grito de HUELGA !!! surgió desde todas las secciones e impartió la consigna

A los del “Anglo” se le suman rápidamente los de “La Blanca” y, una semana más tarde, los del Wilson.  Los trabajadores de los talleres metalúrgicos Vasena, víctimas de la masacre de 1919 que precipitó  la Semana Trágica, salen a la huelga en solidaridad con la FOIC.

La respuesta de la patronal y del gobierno es brutal.  En un solo operativo, 400 trabajadores son detenidos en la Isla Maciel.  En el Swift se detectan 200 hombres armados al servicio de la patronal infiltrados en la planta.  Al salir de una reunión en la Boca, son detenidos la mayoría de los miembros del Cte. de Huelga.   Los que se salvan, convocan a una nueva asamblea general de trabajadores. “Esta asamblea se llevó a cabo los primeros días de junio en el cine Select de Avellaneda.  Tuvo momentos de indescriptible y honda emoción; ahí estaban los trabajadores que se habían destacado por su disciplina, por su inteligencia, por su espíritu de sacrificio y por su combatividad…éstos ya figuraban en las “listas negras”.  No volverían más a los frigoríficos, no estarían más al lado de sus compañeros”.

Muchos de ellos irían a construir nuevas organizaciones sindicales entre los trabajadores metalúrgicos, textiles o de la construcción.  Uno de ellos, Angel Ortelli, sería secretario del sindicato de Albañiles de la Capital.

Peter y la dirección del partido sacan la conclusión de que fue el aislamiento la causa de la derrota.  Y ponen manos a la obra.  En 1937 se funda la Federación de Obreros de la Alimentación con 4 sindicatos.  En el II Congreso, en 1942, ya son 44.  Entre otros méritos la FOA cuenta en su haber con haber fundado la histórica FOTIA (obreros del azúcar del Tucumán).  Peter recorre los ingenios azucareros del Tucumán, los yerbatales de Misiones y  todo sitio donde pueda convocar a la lucha y la organización, pero a solo dos días del golpe del 4 de junio de 1943 es detenido nuevamente y encerrado en el Sur.

La FOIC resiste y llama a luchar por la libertad de sus dirigentes.  Esta vez la punta la hacen los trabajadores del frigorífico “La Negra” y la huelga se extiende.

La huelga de los trabajadores de la carne resultaba una carga muy pesada –reconocía  el Coronel Mercante años después- Entonces Perón tomó la decisión de hacer llamar a Peter al Ministerio de Guerra.  Yo lo entreviste ni bien lo trajo de Neuquen.  En otro despacho aguardaban media docena de dirigentes que prometían levantar la huelga siempre que se liberara a Peter y se concediera un aumento de cinco centavos por hora en los salarios de los frigoríficos.”

Peter exigió que el acuerdo fuera autorizado por una asamblea general de los trabajadores.  El 3 de octubre de 1943, seis mil de ellos en el estadio Dock Sud y más de veinte mil en asambleas de planta acceden al acuerdo.

Pocos días después, el Gral. Perón convoca a Peter a la Casa de Gobierno.  Allí lo recibe el Gral. Verdaguer que descaradamente intenta “comprarlo” para el proyecto estatal de “un nuevo movimiento sindical”. Peter le habla de los presos políticos y de la reforma agraria, compromete apoyo a toda política que ataque a fondo los dramas nacionales.  Al salir, “tuvimos la certeza de que nuestro planteamiento habíale causado la peor de las impresiones; sabíamos que desde ese mismo momento que las cosas se pondrían muy serias y que seríamos víctimas de nuestra propia “osadía” al haber contrapuesto un plan de soluciones nacionales al plan del gobierno de comprarnos por un puñado de sucios pesos” recuerda Peter.

La patronal y el gobierno desconocen el acuerdo y pasan a la ofensiva. El 21 de octubre (solo 18 días después de la asamblea de Dock Sud), la policía allana los locales de la FOIC, detiene a los compañeros, secuestra y remata los bienes.  Los compañeros Montalván del Anglo de Avellaneda y Barrientos de Berisso son asesinados impunemente.

El sindicato vuelve a la ilegalidad profunda y José Peter a la cárcel.

Esta vez como un N.N., el Nº 1 de la celda 11 de la Sección Especial. Un año sin visitas ni nombre en la lista de presos.  Durante ese año los diarios propalan la noticia de que está en Suiza con el dinero robado a la FOIC.  En 1945 lo deportan a Montevideo y en agosto consigue regresar al país.  Pero ya es otro país.

Explotando la ilegalidad de la FOIC y la prisión de los dirigentes, con todo el apoyo patronal, han surgido una serie de sindicatos autónomos reconocidos por la nueva Secretaría de Trabajo y Previsión en una estrategia política que no solo se apoya en la represión, también aprovecha hábilmente los límites y errores de los comunistas en el período referidos a la constitución de la Unión Democrática, la actitud hacia las empresas de las potencias aliadas a la Unión Soviética en la II Guerra Mundial, la propia actitud hacia el viraje de Perón hacia el populismo y el laborismo, etc. [2]

La dirección del partido resuelve que los militantes comunistas propongan disolver los sindicatos clasistas con el argumento de “impedir la división de la clase” en una decisión –en mi opinión– errónea que agrava los errores anteriores, pero que requiere de una investigación y debate más profundo, al que nos debemos.

La FOIC aprueba la propuesta de José Peter y los comunistas.  El 12 de mayo de 1946, el histórico cine Select de Avellaneda será triste testigo de la Asamblea de delegados que aprueban la medida de disolver la FOIC.

Diez y seis años de heroicos esfuerzos y luchas imborrables de la memoria de la clase han quedado atrás.

Se abría una nueva pagina de la historia del movimiento obrero que todavía (cincuenta y dos años después) no alcanzamos a cerrar.

En la batalla por recuperar identidad y proyecto de clase para los trabajadores, desde el Movimiento Político Sindical de Liberación actuando en la C.T.A., la vida y la lucha de José Peter son bandera y señal de identidad para una fuerza que pretende volver a hacer lo mismo que aquellos jóvenes proletarios de Zarate hicieron cuando se enteraron del juicio a Sacco y a Vanzetti: convocar a la rebeldía, organizar la bronca y soñar con la victoria.

José Ernesto Schulman

agosto de 1998


[1] Esta, como las restantes citas, corresponden al libro autobiográfico de José Peter, Crónicas Proletarias, De. Esfera, Buenos Aires, 1968.

[2] para ampliar el tema puede verse “Peronismo, menemismo y clase obrera”, trabajo colectivo editado por la Comisión Sindical del Partido Comunista en enero de 1997.

5 comentarios sobre “José Peter, el honor y la dignidad de los obreros de la carne

      1. gracias por recordar a mi tio don angel ortelli,el cual pude escribir un pequeño trabajo sobre escritos de el.slds !

        Me gusta

Deja un comentario