Akira, tu cumpleaños es el nueve de mayo.
En la Argentina casi nadie celebra esa fecha, pero se debiera.
El nueve de mayo de 1945, justo 78 años antes de tu nacimiento, la Alemania Nazi se rindió ante un general ruso y comunista, el General Zhukov. Terminaba así una de las mayores masacres de la historia universal. Solo la Unión Soviética perdió más de veinte millones de personas, casi la mitad de todos los que viven en nuestro país.
Entre esos veinte millones de seres humanos fallecidos por la guerra, y no solo soldados y soldadas sino niñas y niños, abuelas y abuelos, campesinos y obreras, se cuentan toda la familia de mi papá Mauricio, menos su papá. Pero sus tías y primas, sus primos y vecinos fueron asesinados por los soldados alemanes que arrasaron con todo lo construido en 35 años de socialismo, o sea, un intento de vivir sin que nadie viva del trabajo ajeno.
Para mi papá, que siendo un niño conoció al Ejército Rojo liberando el pueblo donde vivía cerca de Vilnus (la actual capital de Lituania) el socialismo eran tres cosas: un bono para comer algo entre tanta hambruna, que los soldados le dejen acariciar sus caballos y que lo dejaran hablar en idish en la escuela, que era el idioma que él sabía de la casa.
Aunque ahora muchos mientan y mientan, el socialismo en Rusia sacó del hambre y la miseria infinita a millones de niñas y niños, les dio escuela (que no tenían) y también juguetes para que puedan jugar.
Los niños se organizaron como Pioneros y la canción que puedes escuchar era su himno.
En medio de la guerra un pintor inscribió en una pintura un breve poema de un niño de cuatro años: Que siempre haya sol, que siempre haya cielo, que siempre esté mamá y que siempre esté yo. Luego se hizo canción y los soldados del Ejercito Rojo, muchos casi niños, la llevaron desde Moscú hasta Berlín, cruzando toda Europa. Al terminar la guerra se adaptó para que sea el himno de los pioneros.
Parece algo ingenua, pero nada más bello que soñar que siempre estaremos al lado de mamá, que siempre brillará el sol y que siempre existirán los seres humanos. Nosotros
Radiante el cielo
azul, el sol sobre nosotros
Esta es la imagen
de los pequeños niños
Ellos dibujaron y
escribieron para ti.
Dejaron claro lo
que escribieron
Ojalá
siempre brille la luz del sol
Ojalá siempre haya
cielos azules
Ojalá siempre esté
mi madre
Ojalá siempre esté yo
Silencio,
soldado, escucha soldado, la gente se asusta de las explosiones
Miles de ojos miran al cielo, los labios repiten
obstinadamente:
Contra
la pena contra la guerra levantémonos por nuestros niños
¡Sol para siempre! ¡Felicidad para siempre!
Así venció el hombre.
Ojalá siempre
brille la luz del sol
Ojalá siempre haya
cielos azules
Ojalá siempre esté
mi madre
Ojalá siempre esté yo
Hermoso José…tanta sensibilidad y tanta emoción. Gracias.
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