Romance para la niña mala, una canción cubana para el Cancionero de Akira


Este es un cancionero para mi nieta Akira Sofía. Son canciones para la infancia que siempre me han gustado, algunas se las canté a su padre Javier , a su tío Ernesto o a su tía Mariana; pero a todas le he escrito una presentación para que cuando Akira aprenda a leer no solo aprenda canciones sino también algo sobre su abuelo, su familia paterna y nuestra historia como pueblo.

Cancionero para Akira

Esta es una canción sobre una niña cubana que vivía hace unos ochenta años.   Digamos casi que cuando yo estaba por nacer. Como Akira ahora.

La canta un cubano Pedro Ferrer y la escribió su tío a mediados de los cuarenta del siglo pasado

Cuba es una isla con forma de caimán y los caimanes son unos animalitos muy bonitos, como unos sapos largos y con una larga cola.

En esos años Cuba estaba todavía esperando que “la justicia rompa su marcha en el pueblo” y había mucha pero mucha gente pobre que vivía de cortar una caña de la que saca el azúcar, pero entre los pobres, los más pobres eran los negros, y entre los negros, las mujeres y entre las mujeres, las más débiles eran las niñas.

Y la niña de esta canción, a la que muchos le decían que era mala era la única que jugaba con la única niña negra que había en el curso de la escuela.  A veces la llama Luisa, a veces la llama hermana.

En la canción hay algunas palabras cubanas como guardarraya, que es un caminito en un cañaveral (de azúcar) que separa propiedades y campos, habla de una fruta muy dulce que es la guayaba con la que se hace un dulce como de membrillo y se nombra a Martí que es como San Martín para nosotros, y acaso un poquito más.

Martí predicaba mucho la ética del afecto, de la bondad, de hacer bien a las y los amigos. Y por eso la canción termina con algo parecido a

Cuando se premie el cariño y los deberes del alma

Cuando se entienda la risa y se le cante a la gracia

Cuando la justicia rompa entre mi pueblo su marcha

Y el tierno botón de un niño

Sea una flor y una esperanza

Habrá que  poner al pecho de mi niña una medalla

Y una medalla como esa es la única que hay que buscar en la vida.  Todas las demás son máscaras de mala gente, y nosotros no somos eso.

Un vecino del ingenio
Dice que Dorita es mala
Para probarlo me cuenta
Que es arisca y malcriada
Y que cien veces al día
Todo el batey la regaña.

Que a la hija de un colono
Le dio ayer una pedrada
Y que a la del mayoral
Le puso roja la cara
Quien sabe por qué razones
Por nosotros ignoradas.

Que si la visten de limpio
Al poco rato su bata
O está sucia o está rota,
Que anda siempre despeinada
Que no estudia la lección
Y nunca sabe la tabla.

Que el sábado y el domingo
Se pierde en las guardarrayas
Persiguiendo tomeguines
O recogiendo guayabas.

Y yo pregunto, vecino
Vecino de mala entraña
¿Quién puede decir que sea
Por esto mi niña mala?
Si hubieras visto lo íntimo
De su vida y de su alma
Como lo ha visto el maestro
Qué diferente pensaras.

Verdad que siempre está ausente
Pero si viene no falta
Entre sus manitas breves
Un ramo de rosas blancas
Para poner al Martí
Que tengo en mitad del aula.

Con quien no tenga merienda
Parte a gusto su naranja,
Si cantamos al salir
Se oye su voz la más alta
Su voz que es limpia y alegre
Como arpegio de guitarra.

Y cuando explico aritmética
Le parece tan abstracta
Que de flores y banderas
Me llena toda la página.

Y prefiere en los recreos
Cuando juegan a las casas
Jugar con Luisa, la única
Niña negra de mi aula.
A veces le llama Luisa,
A veces le dice hermana.

Y cuentan los que la vieron
Que en aquella tarde amarga
En que no vino el maestro
Era la que más lloraba.

Cuando se premie el cariño
Y lo rebelde del alma
Cuando se entienda la risa
Y se le cante a la gracia
Cuando la injusticia rompa
Entre mi pueblo su marcha
Y el tierno botón de un niño
Sea una flor en la esperanza
Habrá que ponerle al pecho
De mi niña una medalla
Aunque el batey malicioso
Me le dé tan mala fama
Y tú, mi pobre vecino,
No entiendas una palabra.

Un comentario sobre “Romance para la niña mala, una canción cubana para el Cancionero de Akira

  1. Ufffff, que hermosa canción, me recuerda a mi Emilia, y también al niño Luchin, canción del gran Víctor Jara.

    Gracias por la emoción y emocionarme.

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