me despierto y soy como Frida Kalo
me duelen los huesos de la columna vertebral
justo allí donde tengo dos fierros para sostenerme
tomo café con tostadas sin sal
y soy como Ernest Hemingway
aquel norteamericano
residente en La Habana
que buscaba en la escritura
escaparse del alcohol
y los fantasmas
de la guerra civil española
que lo perseguían
al mediodía
cuando el pie derecho
se me queda trabado
ya me siento cerca
de Julius Fucik, el comunista checo
que lego aquello de por la alegría he vivido
por la alegría he ido al combate y por la alegría muero.
que la tristeza no sea nunca unida a mi nombre
y ya por la tarde
en medio de debates y proclamas
pienso en nuestros poetas mayores
en Armando, en Hamlet y en Raúl
los que para escribir tomaban vino o whiskey
y pasaban largas temporadas
en los bares de putas
de los puertos del Plata y el Paraná
vuelvo a casa,
siguiendo la ruta
del subte cargado hasta los huevos
y el 92, al que me subo casi sin fuerza,
como si me faltara el aire
para pensar en el turco Nazim Hickmet
Si la mitad de mi corazón está aquí doctor,
la otra mitad está en China,
con el ejército que baja hacia el río amarillo.
Además, doctor, cada mañana,
cada mañana al amanecer,
mi corazón es fusilado en Grecia.
Además, cuando los presos se hunden en el sueño,
cuando los últimos pasos se alejan de la enfermería,
mi corazón, doctor, se va…
se va hasta una vieja casa de madera en Estambul
Es por todo eso, doctor,
y no por la arterioesclerosis, la nicotina, la prisión,
por lo que tengo esta angina de pecho.
pero al final del día
no puedo dejar de soñar
con Roque
aquel salvadoreño
que para ser comunista abandono su partido
y por ser comunista lo asesinaron los guerrilleros
de la división, el macartismo
y la pelotudez infinita
de todo lo que Roque nos dejó me gusta su irónico
optimismo histórico
Es bello ser comunista, aunque cause muchos dolores de cabeza.
Y es que el dolor de cabeza de los comunistas se supone histórico,
es decir que no cede ante las tabletas analgésicas
sino sólo ante la realización del Paraíso en la tierra….
El comunismo será, entre otras cosas, una aspirina del tamaño del sol.
porque cuando ni polvo quede
de los huesos de macri la bullrich y la legarde
un niño correrá por una calle polvorienta
de alguna villa miseria
con un Che grandote en la remera
y un barrilete de sueños en sus dedos
curiosamente bella la poesia
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la angina de pecho quizá sea X la pasión y la ternura que pones a la lucha tan necesarias para seguir adelante!un fuerte abrazo!
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Bellísima la letra
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