El 24 de marzo que nos interpela


Documento de la Liga Argentina por los Derechos del

Hombre ante el 34 aniversario del golpe cívico mílitar del 76

 

Si la memoria radica en “… adueñarse de un recuerdo tal y como relumbra en el instante de un peligro”, el desafío para este 24 de marzo impone superar el pensamiento rutinario que lleva a convertir las fechas en significantes vacíos, iconos de la nostalgia pero impotentes en la disputa política cultural en curso. 

Basta repasar las declaraciones de Duhalde, Guelar o Alfonsín Jr. para no citar las de los genocidas como Menéndez o sus adláteres Pando u  Solanet (reclamo de amnistía en La Nación del 24/2) para asumir que el “peligro” que nos amenaza es el de una derecha fundamentalista de animo revanchista que se propone terminar con los juicios y modificar el sentido de la memoria histórica para reinstalar oficialmente la teoría de los dos demonios primero y la reivindicación plena del Genocidio después. 

Una derecha que se percibe amenazada por el avance de los juicios contra los represores por su compromiso histórico con la gestación del Terrorismo de Estado, por sus vínculos actuales con los grupos económicos que se enriquecen gracias a la persistencia del orden social fundado por Martínez de Hoz (sostenido por el Bipartidismo) y la red fascista que viene montando los EE.UU. para derrotar la oleada liberadora que empujan Cuba, Venezuela, Bolivia y los pueblos americanos que quieren hacer del Bicentenario, la conquista de la verdadera y definitiva independencia nacional. 

Juicios conquistados por la perseverancia e inteligencia de las fuerzas sociales y políticas que jamás aceptaron ni la impunidad ni el chantaje judicial de aceptar remedos de justicia con el cuento de es “lo que hay”.

Nuestros setenta y dos años de lucha contra el fascismo nos enseñaron que no es conciliando con ella, ni mucho menos asumiendo su discurso o valores culturales que se impedirá su avance: por el contrario solo con ofensiva política, iniciativa jurídica e institucional y batalla cultural se podrá derrotarla. 

Y esta ofensiva sólo puede construirse desde el movimiento popular, asumiendo la riqueza de la pluralidad del campo popular (que en los juicios orales en curso se comprueba como signo de identidad de las víctimas) y su plena autonomía para luchar contra cualquier violación de los derechos humanos de ayer y de siempre. 

Corresponde entonces valorar el esfuerzo del Premio Nóbel Adolfo Pérez Esquivel por agrupar a un conjunto de organismos para superar las divisiones y abrir un debate sobre nuestro rol en el nuevo siglo.

Son funcionales a la derecha, en cambio, los intentos hegemonistas de apropiación de fechas y movilizaciones populares que deben aportar a construir la fuerza popular para la segunda y verdadera independencia. .. 

Porque somos más hijos del 24 de marzo que herederos del 25 de Mayo, y es hora de dar vuelta la ecuación: libres y soberanos para terminar con las sombras del Genocidio.

 LIGA ARGENTINA POR LOS DERECHOS DEL HOMBRE

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