el comunismo desarmado  o cómo fue que llegamos hasta aquí y algunas ideas para volver a ser el espectro que subleva y empodera

En una continuación de su trabajo clásico sobre el peronismo (“Los cuatro peronismos” Legasa 1985), Alejandro Horowicz califica, a la fuerza política que hoy orientan Cristina y su hijo, como “El kirchernismo desarmado” y no por carecer de armas de fuego ni optar por la vía institucional de manera de cuasi idolatría sino por haber sido despojada de su voluntad política de transformación.

Justo el año en que Horowicz reflexionaba sobre las transformaciones en el peronismo, que anunciaban el viraje neoliberal y cipayo del Menemismo, los comunistas argentinos se lanzaban a una aventura desconocida por ellos y por casi todos los militantes políticos de izquierda: pensar su propia historia y trayectoria desde  una perspectiva que no esconda la autocrítica cuando fuera necesario.  El análisis del resultado electoral (había ganado Alfonsina y el partido había llamado a votar por Lúder) fue el disparador del inicio de una interminable lista de temas que estaban esperando desde hace mucho tiempo: la política de llamado a la convergencia cívico militar para frenar el golpe de estado primero y para cerrar el paso a los sectores ultra fascistas después, la estrategia de frente democrático antifascista y de liberación nacional que venía (con pocas variaciones) desde el VIII Congreso de 1928 (fíjense que de 1918 a 1928 se hicieron ocho congresos, pero desde 1928 hasta 1985 se habían realizado solo 7 más. Es decir que si antes se hacía uno por año luego se hicieron uno cada siete años y medio). 

Nada es casual, cuánto más reformismo menos debate, es una ley inexorable.

La conclusión final del XVI Congreso era que había que rearmar al Partido Comunista, es decir volver a sostener la voluntad de luchar por el Poder y ningún otro sucedáneo.   Salvo el Poder todo es relativo había señalado Lenin. 

Cómo pedía Marx en su libro inicial “La Ideología Alemana”, había que someter todo a la crítica, especialmente lo que habíamos dicho y lo que habíamos hecho puesto que en política vale mucho más lo que se hace que lo que se dice. 

Una de las conclusiones principales fue que la Argentina no era un país capitalista dependiente de desarrollo medio con restos feudales poniendo el dominio neo colonial fuera del país e ignorando el carácter capitalista concentrado de la producción agraria, creadora de la renta agraria diferencial que le había dado fama y fortuna a una capa de oligarcas corruptos y fascistoide que apoyaron todos los golpes de estado del 30 en adelante.

La Argentina no necesitaba más sino  menos capitalismo,  no necesitaba un frente amplio antifascista sino un frente antimperialista con  un núcleo revolucionario y comunista. No habíamos luchado de más como predicaban todos los progresistas empezando por un viejo amigo del partido, el Presidente Raúl –Alfonsín quien reacciona airadamente al viraje del Partido y aprovecha su único viaje a Cuba para “quejarse” ante Fidel del Viraje del Partido Comunista: “ya no eran confiables aliados de la burguesía democrática sino que pretendían unir a la izquierda y cuestionar la estrategia “democrática” de conceder beneficios (impunidad lisa  y dura) a los milicos y el comienzo del ajuste perpetuo a los trabajadores y el pueblo para poder pagar los intereses de la deuda externa generada por la dictadura y reconocida por Alfonsín a pesar y en contra de sus dichos electorales.

Fue, justamente, el rechazo activo al “nuevo” episodio del ajuste perpetuo, la retirada de la Plaza de Mayo el 14 de junio de 1985 cuando Alfonsín, que había llamado a defender la democracia termina anunciando el Plan Austral, el primer acto del viraje: las columnas del Partido Comunista, encabezadas por Patricio Echegaray y respondiendo su llamado, abandonaron la Plaza de Mayo ante el evidente engaño presidencial que ponía fin, al menos simbólicamente, a su etapa reformista para comenzar un shock regresivo del que nunca salimos del todo.

La retiradas de las columnas fue un acto plebeyo, por encima y contra la dirección oficial del Partido que intentó en vano parar la oleada de cambios que se había acumulado en largos años de contradicción entre los deseos de revolución y la práctica reformista, posibilista, que siempre encontraba razones para apoyar el mal menor, como ahora con el Frente Fuerza Patria, que es mejor que Milei, obvio, que congela eternamente los imprescindibles cambios revolucionarios, mucho más obvio, aunque los burócratas siempre encontrarán alguna razón de sentido común, ese que Gramsci pensaba como el cepo ideológico de siglos transformado en verdades tan naturalizadas que solo los revolucionarios pueden  oponerse.

Durante unos veinte años, el Partido Comunistas encabezado tenaz e inteligentemente por Patricio y  un pequeño grupo de militantes revolucionarios luchó por recuperar la voluntad de poder.  La militancia protagonizó todos los actos del viraje. Fue a Nicaragua a juntar café, a pelear con las armas en la mano a El Salvador, construyó unidad de izquierda en lo electoral pero también en el terreno de los derechos humanos y lo sindical.  Patricio se juntó con Fidel, Marulanda y Shafik Handal cuando las ratas huían del barco como los rusos que disolvieron la Unión Soviética o los que disolvieron el partido Comunista de Italia, el partido político más grande de Occidente durante medio siglo XX.. 

Los comunistas argentinos no nos cambiamos el nombre y nos unimos a los trotskistas, a  los guevaristas, a los maoístas, a los herederos del Ejercito Revolucionario del Pueblo y de los Montoneros.  Nos presentamos ante los tribunales a querellar contra los genocidas, en nombre de nuestros muertos y de todo el Pueblo.  Construimos el Frente del Pueblo, el Frente Amplio de Liberación y dos versiones de la Izquierda Unida. Mantuvimos durante bastante tiempo la autonomía política a pesar del boicot del progresismo todo Se fueron Carlos Heller y Juan Carlos Junio que fundaron un nuevo partido llamado cínicamente Solidario para acceder en las listas peronistas al Congreso de la Nación.   Martín Sabatella fundó Nuevo Encuentro y luego ganó nada menos que el municipio de Morón, Oscar Laborde ganó la ciudad de Avellaneda y Alejandro Mosquera llegó a presidente de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires y luego a la secretaría de la Comisión Provincial de la Memoria.  Por romper acuerdos con nosotros, Alicia Castro fue designada (“premiada”) embajadora en Venezuela.  Edgardo Mocca fue nombrado en  6 7 8 cuando ese programa era el “comisario político” del gobierno y Eduardo Sigal tuvo rango de embajador al frente de la secretaría económica y el Mercosur de la Cancillería argentina. 

Y prefiero no seguir recordando para no ser injusto y  olvidarme de alguno pero la histórica del comienzo del siglo XXI era que todo el que abandonara al Partido Comunista tenía premio, Algunos como “Bolita” Jorge Sigal llegaron a la dirección del área telecomunicaciones del Macrismo, muchos más se conchabaron en el Kirchnerismo que fue implacable con el partido Comunista.  Nunca abandonaron el Ni yanquis ni marxistas y a pesar que desde la crisis de la 1025 el Partido Comunista apoyó cada vez más acríticamente al gobierno de Néstor jamás se le dio algún lugar de gestión  y el único lugar que encontraron en las listas electorales para Patricio Echegaray fue el último puesto en la lista de candidatos al Parlasur del 2015.

Es patético que haya muchas “viudas” de Patricio que gestionaron el apoyo a Scioli, a Massa y que ahora vuelven al Frente Fuerza Patria como si fuera lo más natural del mundo. 

Según Nuestra Propuesta (captura de pantalla del 29 de julio Fuerza Patria – Nuestra Propuesta  “El Partido Comunista de la Provincia de Buenos Aires participa en las listas de Fuerza Patria y lo hace por medio de Tania Caputo como candidata a diputada por la segunda sección electoral y Flavia Guardia como postulante a concejal en Cañuelas con el objetivo “urgente y principal de obstaculizar el ascenso estratégico del narco-fascismo mafioso” en el territorio bonaerense.

Tres breves observaciones: 

  • Caputo Hija figura como candidata suplente en la lista de Fuerza Patria en la Segunda Sección electoral que elije once diputados, de los cuales siete finalizan mandato del macrismo, el radicalismo y otras fuerzas de derecha y cuatro del peronismo.  Entonces, aún si se lograra el milagro de que Fuerza Patria conserve las cuatro bancas (las encuestas prevén otra cosa) para que Caputo Hija llegue a la Legislatura deberían renunciar antes siete candidatos:: Fernando Martínez Eugenia Lima Juan Morales Paula Obrador Mariano Pinedo Maira Ricciardelli Germán De Rossi.  Entonces me parece un poco forzado decir que es candidata a diputada provincial.
  • Guardia renueva mandato como concejal integrante del bloque peronista, sin mayores diferenciaciones. Asumió en 2022 en reemplazo de la actual secretaria general del Municipio y no encuentro ni redes que den cuenta de su labor ni hay registro alguno de sus proyectos. (agradecería si alguien me los envía para estudiarlos)
  • Los comunistas de la provincia de Buenos Aires, que no disimulan su idolatría por lo institucional, perdieron la personería electoral provincial por lo que su “adhesión” al frente es solo político.  Y con eso no lo menoscabo.  Un acuerdo de adhesión por definición es aquel en que una de las partes pone las condiciones y la otra parte las acepta sin discusión.  Por ejemplo los contratos de alquiler.  En política eso es aún más grave y doloso para la parte que se somete pues sus afiliados pueden reclamarle falta de defensa de sus derechos partidarios tanto políticos como identitarios.

En 2014, cuando estaba en discusión cómo defender el proyecto kirchnerista y la sucesión de Cristina, Patricio Echegaray contestó un exigente reportaje de La Nación de la periodista Natalia Pecoraro a la que hoy se debe reconocer su profesionalismo, y en La Nación eso es mucho 

https://www.lanacion.com.ar/politica/el-partido-comunista-apoya-a-cristina-kirchner-pero-no-quiere-a-daniel-scioli-seria-tirar-la-toalla-nid1693600/

Decía Patricio para vergüenza de los que desarman al partido Comunista en  nombre de la lucha antifascista: 

 Periodista   Una reciente declaración del PC menciona la devaluación como parte de una «política defensiva» del Gobierno, como ejemplo de la «creciente sensibilidad ante las presiones del imperio». ¿Qué más le criticaría?

Hay cosas que se han hecho [en el Gobierno] que son muy importantes. Este Gobierno tiene el mérito, que no se lo sacará nadie, de que rompió con la infamia de las relaciones carnales y se ubicó dentro del concierto latinoamericano.

Patricio Nuestro apoyo al proceso argentino es un apoyo en este contexto: bolivariano, sanmartiniano, de superación de las políticas neoliberales. Valoro mucho eso porque entiendo que los procesos liberadores sólo pueden darse en contextos regionales. La otra cosa que valoro es la anulación de las leyes de punto final y obediencia debida . Es fundamental que se haya hecho: ha permitido llevar al banquillo de los acusados a los genocidas y que hoy un núcleo muy importante esté siendo juzgado y, en muchos casos, condenado. Creo que esas dos cuestiones son fundamentales y que enmarcan el hecho de por qué tenemos una actitud positiva, de defensa, de este Gobierno. Es un apoyo autónomo, no tenemos gente en el Gobierno, no recibimos ningún tipo de plan. Al mismo tiempo tratamos de ejercer la crítica…

Nuestros enfoques críticos pasan sobre todo porque hay que definir mejor lo que es el proyecto nacional y popular. Todavía no hemos visto una expresión orgánica, negro sobre blanco, de lo que es el proyecto nacional y popular. Creemos que en el discurso que la Presidenta ubica como el de la década ganada habría que incorporar algunos matices.  El proyecto nacional consiste en alimentar el mercado interno, tirar dinero al mercado interno y fomentar el consumo, con la esperanza de que una burguesía virtuosa tome esos dineros y los convierta en desarrollo. Pero esa burguesía virtuosa no existe más en la Argentina.  Aquello que existía en la época de Perón, la burguesía nacional, no existe más. Entre otras cosas, porque se ha transformado en una burguesía altamente transnacional izada y hegemonizada por el imperialismo.   Hoy no es una cuestión de afuera, es una cuestión del adentro. De las 500 empresas que más facturan en la Argentina, 350 son de propiedad imperial. Así se explica que ese dinero haya sido absorbido con una aspiradora, afuera del país. Este es un problema serio que hay que discutir.

¿Quién es el candidato de la embajada de Estados Unidos?

El hombre que les da más garantía y confianza es [Daniel] Scioli. Es experimentado, maduro.

Si Scioli llegara a ser el candidato del Frente para la Victoria apoyado por Cristina, ¿qué haría el PC?

Nosotros no compartimos la postura de Scioli candidato. Creemos que sería la certificación de la derrota. En boxeo sería «tirar la toalla».

Spoleo para los que no conocen la historia política argentina.  El candidato de Cristina fue Scioli que perdió con Macri.  Luego vino la resistencia popular y apareció el discurso del “frente de salvación nacional” que llevó a Alberto Fernández al gobierno con el resultado catastrófico que catapultó a Milei al gobierno.  Una y otra vez, el Partido Comunista comenzaba haciendo advertencias para luego subordinarse a la hegemonía peronista cada vez con argumentos distintos pero subalternos al mismo discurso de falso “realismo”, “posibilismo” y hasta “antifascismo” que la práctica ha mostrado como posturas equivocadas que han postergado una y otra vez el imprescindible aporte de los comunistas a la construcción, de una vez por todas, a la imprescindible alternativa al agotamiento del capitalismo argentino, de sus modos de reproducción ampliada que ahora excluyen todo elemento de distribución  y redistribución social (salarios y derechos conculcados) pero también de un formato de organización y de modos de lucha que son obsoletos.    Al fascismo se lo combate como lo derrotó el Ejército Rojo en Berlín o las Madres en la Plaza de Mayo, con Fidel subiendo la Sierra Maestra o construyendo mayorías continentales en Mar del Plata.  Con el fusil o la palabra pero siempre de frente nunca de costadito, como queriendo disimular y diciendo cosas absurdas como que el amor vence el odio.   Al imperio se lo derrota o te extermina.  Eso aprendimos de nuestros genocidios.  De todos ellos, incluido el presente genocidio a goteo que es el ajuste perpetuo  y que ha transformado la Argentina mucho más que la Conquista, el Exterminio de los Indios o el Terrorismo de Estado.  El neoliberalismo mató al pueblo y hay que inventarlo de nuevo. 

Al menos esas son, palabras más palabras menos las que dijo el Partido Comunista en su 28 Congreso de diciembre pasado donde se planteó, aunque de un modo ambiguo, construir una alternativa verdadera dando a entender a propios y extraños que se retomaba la senda de la unidad de las izquierdas y la construcción de un frente antimperialista.  Debe reconocerse esa intención en el acuerdo electoral en la Ciudad de Buenos Aires, Confluencia; en la provincia y sobre todo en la ciudad de Santa Fe, en San Luis y ahora en Corrientes por lo que la subordinación al Partido Justicialista en el principal distrito electoral y principal territorio de construcción política introduce una contradicción que deja en la duda a todo el partido comunista : los comunistas argentinos se rearman, es decir: vuelven a cultivar la voluntad de poder contra toda forma de posibilismo y las tontas creencias en la burguesía nacional y los sectores democráticos de la derecha o se afirma en el discurso bonaerense: “urgente y principal de obstaculizar el ascenso estratégico del narco-fascismo mafioso”

Presten atención a las siguientes palabras que nombra: “obstaculizar” y a la que no nombra “imperialismo”.  Para los comunistas bonaerenses no se trata de derrotar a Milei sino de obstaculizar su ascenso, el posibilismo aplicado a la resistencia tal como la piensa la burocracia pegotista: algo de rosca en el Congreso nada de lucha de calles que terminen colapsando al gobierno y ojalá al sistema de gobierno de democracia representativa y tres poderes colonizados hasta el hueso que Lamelas viene a poner a punto.  Y aparecen categorías poco marxistas como calificar al bloque de poder como mafioso y no subordinado al Imperio.  

La Argentina no es un territorio dominado por la mafia, sino una neo colonia del Imperio Británico antes y del Imperio yankee desde mediados del siglo pasado .  Algo de eso dijo un señor ruso en el exilio al comenzar la Guerra Mundial:  “Para esta época son típicos no sólo los dos grupos fundamentales de países: los que poseen colonias y los países coloniales, sino también las formas variadas de países dependientes políticamente independientes, desde un punto de vista formal, pero, en realidad, envueltos por las redes de la dependencia financiera y diplomática. Una de estas formas, la semicolonia, la hemos indicado ya antes. Modelo de esta otra forma es, por ejemplo, la Argentina”. Vladimir Ilich Lenin.  El imperialismo como fase superior del capitalismo. 1916

Claro que para borrar a Lenin del debate, los liquidadores primero desarticularon hasta el final las estructuras que permitían el debate democrático y creativo, el desarme del partido Comunista ha sido una larga operación ideológica, política, organizativa y financiera pero nunca puede ser total.  No nacimos para ser forros de los Massa, los Barones del Conurbano o los burócratas sindicales. Nos hemos rebelado antes ante otros dogmas  y otras dictaduras como decía el Che sobre el 26 de Julio y siempre nos queda Roque. 

Roque el daltónico.  Como Patricio

Que donde todos veían mierda veía una esperanza, y donde todos veían final veía el desafío del comienzo.  Porque la revolución es ahora, aunque ustedes, vulgares liquidacioncitas no lo creen.


y cuando no es la imagen y semejanza de los mejores hombres
es necesario volver a empezar.

Roque Dalton. Un libro rojo para Lenin. Escrito en La Habana entre 1970/1973

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