Al fin, ha estallado la crisis humanitaria en los lugares de encierro de la Argentina.
No solo las cárceles, también los geriátricos muestran que la negación de derechos a las personas encerradas precipita la pandemia y el estallido autoritario.
Pero nadie, mucho menos la Corte Suprema o los gobiernos nacional o de provincias, pueden mostrar sorpresa.
Fueron advertidos una y otra vez pero así como la democracia no entra a las fábricas, mucho menos lo hace a las cárceles.
Un humanismo acotado a las personas insertas en el sistema no es ni siquiera un humanismo burgués, es falacia.
Presos políticos, pandemia en las cárceles y geriátricos, policías y gendarmes cada vez más cebados, y la ausencia de voces que digan lo obvio, la pandemia no se para a los tiros.
Un largo proceso de perdida de valores humanistas sale a la superficie.
Solo el humanismo revolucionario se sostiene en pie, cómo nunca antes, el capitalismo en todas sus variantes, es incompatible con los derechos humanos y la democracia.
La mirada absolutamnt verdsdera d jose!! Honesta y sin anestecias….el capitalismo muestra y deja ver,sus harapos….dwspojos d un sistrma siniestro y perverso……gracias jose!!!! Es facil qererlo y estrañarlo…
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